lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Estado y sociedad anarquista?

"No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy". Abominable apología
del estrés. Si puedes hacerlo hoy pero no te apetece o te abruma,
déjalo para mañana. No trates de hacer todo hoy. Ve despacio. Deja
algunas cosas para mañana".
-Refranes mentirosos de Jaime Bayly-

Las actividades del ser humano, han sido cíclicas a través de la
historia; ello, ha motivado diversas corrientes de pensamientos que
confluyen al cabo de diversos años, en un mismo fin: lucha de clases.
No tan solo por ser un parámetro histórico, sino porque tal parece que
existen reglas que conforman tales mecanismos repetitivos.

Podríamos llamar anarquía –no tan solo en su más puro significado-
por la concatenación y connotación que ésta tenga con los hombres y
sus movimientos sociales.

Bien, la autoridad rechazada por los anarquistas incluye las de tipo
político -el Estado-, económico -el capitalismo-, religioso - la
Iglesia-, cultural -el patriarcado- o cualquier forma de opresión y
explotación. De la misma forma, los anarquistas pretenden abolir todo
tipo de tratados impositivos (es decir, aquellos que se establezcan
por imposición, sin la aprobación mediante consenso de todos los
ciudadanos), así como sus principales herramientas de coerción y
violencia, para conseguir acabar con los diversos tipos de dominación
del ser humano por sus congéneres.

Nuestro presente siglo se ha significado por diversos cambios no tan
solo estructurales en la política, sino en las doctrinas económicas y
administrativas; a ello, habrá que aumentarle el proceso natural de la
naturaleza que acelera sus cambios. El ciclo de la tierra ha llegado a
su límite, busca transformarse.

Erich Fromm en su obra "La vida auténtica" propone volver a la esencia
natural del hombre. Uno de los pensadores más importantes del siglo XX
que combinó planteamientos freudianos y marxistas para devolver al
hombre la libertad. El conocimiento de lo verdaderamente importante no
puede obedecer a dictados externos a nosotros mismos, ya que la vida
consciente debe cobrar forma a partir de fuentes que broten de nuestro
interior. En lugar de verdades virtuales, aquello que necesitamos es
lo auténtico.

Contamos con políticos de medio pelo que escasamente saben de
política; porque no han estudiado la historia universal. Líderes
"habilitados" por ese mismo Estado, que más que confundidos, son masa
transformable y que sirvan para darle posición y posesión a la
anarquía. Vivimos en una generación de conflictos, sin solución.
Meramente de discursos, sin hombres valiosos, mucho menos ideas
valedoras.

También, los anarquistas han pensado cómo se podría llevar la
administración del día a día en un régimen de autogobierno. Se han
esbozado varios tipos de organización desde la visión cooperativista,
la sindicalista, la de los grupos de afinidad o la de las asociaciones
vecinales. Estos modelos administrativos, algunos más basados en una
organización formal e institucionalización y otros haciendo un mayor
énfasis en la espontaneidad y en las estructuras informales, suelen
compartir conceptos como la autoorganización, la autonomía, la
asamblea, la democracia directa y la decisión por consenso.

La anarquía política gubernamental no es una buena anarquía, pero
demuestra que la anarquía es posible -es más, que nunca salimos de
ella. Y Francis A. Schaeffer, filósofo teólogo americano, recalca que
estamos en "anarquía" con nuestros vecinos. Si la mayoría de la gente
no tuviera carácter para voluntariamente respetar la mayor parte de
los derechos de los vecinos, la sociedad y la civilización serían
imposibles. La mayoría de las personas son lo suficientemente buenas,
permitiendo que surja la civilización, aun cuando existe una cierta
cantidad de crímenes públicos y privados. Es concebible que esta
cantidad de bondad aumente -quizá por la educación o prosperidad
económica, digamos - suficientemente como para apoyar la obliteración
de los estados. Sólo que esto es muy inverosímil.

Vemos un Estado caprichoso y endémico en sus acciones de mandato; por
ello, una sociedad demandante de igual manera anárquica, soluciones
del mismo tenor. Porque han confundido que la anarquía, es libertad.
Cuando es toda una doctrina filosofica.

*Librepensador manifiesta que: los medios de comunicación y la Escuela
enseñan que no hay orden posible si no hay verticalidad.