viernes, 5 de octubre de 2007

¿Para què sirven los sobresalientes?


Por. Jorge Luis Falcón Arévalo*
"El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea para reparar el daño" -William Shakespeare-

Hasta hace una generación, quizá dos, la secuencia lógica de quienes querían asegurarse un buen futuro era estudiar una carrera universitaria. Así lo entendían los alumnos y sus padres. Los campus se llenaron a rebosar con la "nuevos planes ó especialidades" de la Universidad Autónoma en Guerrero ( U.A.G.) y Universidades Privadas, marca "lloraras"

Hoy, una carrera universitaria está al alcance de "casi todo el mundo"" –haciendo supremos esfuerzos los padres ó tutores-, pero no es tan rentable como antaño en el plano estrictamente laboral. El fenómeno de los universitarios de otros campus afecta a la generación mejor preparada de la historia de Guerrero. Los datos muestran que los titulados de Universidades "patito"; asi como de la UAG están a la cola de los sueldos, sólo por delante los que "laboran" dentro del sistema gubernamental estatal –siempre y cuando sean "compas del preciso o tener intereses comunes". Recientes estudios dicen que la diferencia de salarios cada vez es menor -aunque aún haya bastante- entre los titulados universitarios y los que sólo completan la enseñanza obligatoria.

Aunque es indudable la ventaja que supone estudiar una carrera -no sólo por los conocimientos concretos, sino por las capacidades de trabajo o de resolución de problemas que se les suponen a los titulados-, ni siquiera los alumnos con mejores calificaciones, pueden abstraerse de ese contexto a la hora de tomar sus decisiones.

La charla que se debe mantener permanentemente con los estudiantes universitarios es: ¿Para qué sirven los estudios universitarios? Un buen expediente académico permite elegir cualquier carrera que se desee. Pero los que acaban de obtener las mejores notas de bachillerato encaran la decisión de elegir carrera con el problema del futuro laboral en la cabeza, esto es común en la entidad. No hay campo laboral. Pero nada se hace por desarrollarlo. Lo existe sólo en la mente de los simuladores. Y aunque los mismos estudiantes quieran tomar su decisión con otros criterios, sus amigos o su familia se encargan de recordarles cuál es el criterio que deben tener más en cuenta, en alguno de los casos.

En cuanto a los licenciados de cualquier especialidad que acaban de terminar la carrera con un expediente más o menos brillante, no se arrepienten de haber estudiado la carrera, pero son conscientes de que la titulación no les garantiza nada; que van a tener que pelear su futuro, ya sea el de hacer "carrera" en el gobierno, o "vivir" de la grilla o en la ¿empresa privada? Pero también reflejan en sus opiniones los cambios que está sufriendo la percepción de los estudios superiores. Y no sólo en la estructura de los títulos con grados y maestrias o doctorados.

"Conozco a mucha gente que trabaja en cosas para las que no les habría hecho falta estudiar una carrera universitaria; o bién se desempeñan en ángulos laborales diferentes a sus estudios. Veterinarios, en áreas administrativas. Contadores, dirigiendo oficinas de Recursos Humanos. Ingenieros en sistemas en campos de la comunicación. Turistologos en planes donde la administración es el fundamento de los planes, etc y más etc. Ya no se trata de ganar mucho dinero, sino de tener empleo". Son quizás algunos de los comentarios más frecuentes oidos en los pasillos de las almas mater.

Entre algunos otros, como: "Para encontrar una profesión que te satisfaga, no te hace falta estudiar una carrera". "Si un título no te garantiza nada, menos aún no tenerlo". "En mi casa, no estudiar es imposible. Mi madre dice que igual no tenemos comida, pero tendremos estudios".

Los gobiernos nada garantizan en éste nuevo milenio conformar nuevas estrategias laborales o amplair los campos de empleo. Lo que se observa es creación de impuestos, para incorporar a los amigos y compadres a la politica. Es decir, a vivir en la pereza y vivir del presupuesto. Esa es la verdad que se observa.

*Librepensador, con la unica misión de crear conciencias. No confabularse con los mediocres que ven la vida pasar, sin atreverse a crear desafios. Ahí les recomiendo leer al "Hombre mediocre" de José Ingenieros.

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