lunes, 25 de junio de 2007

Habitat, la pobreza y los ladrones.

Por Jorge Luís Falcón Arévalo*

"Los naturistas han detectado que una pulga lleva sobre su cuerpo otras pulgas más pequeñas, que a su vez alimentan a otras más diminutas pulgas. Y así, hasta el infinito" -Jonathan Swift, escritor-

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un voluminoso y extenso informe en el que solicitaba se duplicaran los flujos de ayuda a países en desarrollo, entre ellos, México antes de 2015, a fin de erradicar por completo la pobreza. Esto es serio, porque se programó con dinero y proyectos sociables y sociales –hoy llamados sustentables que nada existe de ello, porque se convirtió en rollo, palabrerío, discurso y pose de pránganas y frustrados politiqueros- y al trasto el México de mis amores y mis recuerdos.

A pesar de la creciente corrección política inherente en un pedido de mayor ayuda para el desarrollo, en años posteriores -"remember" los préstamos al Banco Mundial, hoy llamados empréstitos- y de las declaraciones de los donantes, que prometieron ser más "selectivos" a la hora de desembolsar fondos en el futuro, los países desarrollados deberían tener una postura escéptica acerca de incrementar los montos ya acordados y contemplar una reducción en los fondos destinados a la ayuda. Que nunca llegó. Hasta el momento del cambio nada sucede aún. ¿Acaso no será del rasca y gana?

La iniciativa actual de la Organización de las Naciones Unidas de duplicar los flujos de ayuda internacionales es parte de un patrón para reinventar la ayuda externa. Desde la década de 1950, el sector se concentró en promover alternativamente la industrialización, la agricultura, la reducción de la pobreza, la salud, las instituciones, etc.

El flujo de auge se observó en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, principalmente en la industrialización de los hidrocarburos. Las plantas petroquímicas más grandes de Latinoamérica se encuentran en los Estados de Veracruz y Tabasco, le siguen Chiapas y posteriormente Oaxaca. La agricultura se cubrió de gloria solo en los estados productores del norte del país y la zona de Plan Chontal de Tabasco.

De la salud ni hablar arrastramos graves problemas en ese sector similar al alcanzado en las postrimerías de los años 1800. No hay hospital que alcance. No hay medicina que sea abastecida; pero, lo peor es que nunca ha habido una política en el sector salud para los jodidos y el lumpen de las sierras montañosas de México. Tanto el tarahumara, como el mestizo del Alto Balsas; como el otomí y el chamela, en la vil desgracia, han padecido la intransigencia de un gobernantes salaz, ladrón, cleptómano y cuatrero. Y gobernados pusilánimes, timoratos y mequenques.

La ONU ha patrocinado numerosas resoluciones ambiciosas, que tampoco lograron estimular el desarrollo. Nos encontramos en un punto en el que las nuevas ideas para lograr que la ayuda alcance su objetivo no son más que viejas ideas recicladas.

El caso claro lo tenemos en el proyecto hábitat, que es un plan estructurado entre el Banco Mundial y la ONU; pero salpicado de suspicacias por el gobierno mexicano. ¿Alguien sabe cuánto se esconde, se escabulle y se siniestra detrás del proyecto Hábitat? Miles de millones de dólares entre programas en todos los rubros del orden social. Los diputados locales –bueno, solo uno, el que ya sabemos- ¿podrá exigir al gobierno de Guerrero y Acapulco, qué han hecho con los dineros de ese programa? Aquí Israel González Nava, coordinador del proyecto hábitat en éste sísmico puerto, tiene mucho que responder. De esto hablaremos en otras opiniones. ¿Cómo y de qué formas licitas, Israel?

Durante décadas, el sector de la ayuda extranjera ha probado enfoque tras enfoque para tratar de que la ayuda funcione. Una carrera de experiencia de campo en el sector de la ayuda, sin embargo, confirma las observaciones empíricas registradas que dicen que la ayuda no es relevante para el crecimiento o la reducción de la pobreza y, además, sugiere que no es probable que la ayuda sea de utilidad en el futuro. Entre los profesionales del área, con amplia experiencia de campo, está generalizada la creencia de que la ayuda, en términos generales, no ha sido eficaz, mucho menos eficiente.

Ante los cambios climáticos y una serie de huracanes de proporciones inimaginables, la autoridad gubernamental nada dice, hace, prepara y proyecta para darnos por enterado de esto y más que sucederá con el fenómeno del "Niño".

¿Acaso no hay "pobreza" administrativa y mediocres empleados que sólo van por su "chuleta" quincenal. Total, el pueblo paga harto dinero vía impuestos y de allí se cobran a lo chino, japonés y judío?

*Librepensador, reflexionando que desde 1950, a la fecha no logramos destacar en algo benéfico. Ahora somos los primerísimo lugares en darles una "chinga" a los niños. Léase maltrato, violencia y violación a los infantes. ¡Ah!, a la pulga de la pulga, de la pulga, se conoce como ñufla. Breviario Falconario.

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